jueves, agosto 11, 2005

En pAuSA y ViVir

Cuando eleve mi vista era a mi a quien veia, el era la sombra q me bañaba , que en ese instante me volvia obscura era el pasadiso debajo de la escalera, la espina que se atora en la garganta, yo la astilla de una madera. Senti como mi cuerpo actuo y se undio en miedo, como mis ojos se cubrian para no presenciar ese momento, en que mi cuerpo era usado , era gastado, sin permiso y sin consuelo, con coraje del nulo amor, con violencia de una danza desconocida. El sonido agudo pentetraba en mi oido , mientras yo por dentro decia esto no es mi vida, es un trago de muerte, es un trago del infierno, es un trago de un hombre enfermo. Mis manos se volvian dos piedras, mis ojos dos cristales fijos, mi boca una cereza en moscas, mis piernas un puente de vicio y yo, yo q vivia dentro de todo ello, me volvia una niña asustada q se escondia tras mi cabello, que no queria crecer para no regresar a este momento, enmudecio mis gritos que crecieron sin canto, golpio mi cuerpo, descarapelo mi alma, pinto mi sexo, le abrio una herida y escupio su aliento y lo cubrio con tierra. Fue un momento, noche sin luz, instante sin respiro, resucite entre lo no vivo, reencarne en otra, y me despedi de aquello , le abri un cunero, dormi a la niña, murio el anhelo, mirando sobre mi hombro a momentos lo veo se me secan los labios, el cuerpo se endurece creo q esta vida aun recuerda lo otro muerto.