miércoles, abril 06, 2011

.pasa de pasar.

Desconozco el momento en que acumule tanta tristeza, tal como pasa con la ropa sucia voltie y ahí estaba regada sobre un canasto, mirándome con ojos de pendientes, con cara de cobranza, me reclamaba las lágrimas no lloradas, el tiempo que no le di, el tiempo que la evadí. Como cobradora de impuestos hoy llego y le tengo que pagar, extraña a mi misma le digo que no se como confrontarla, leí creyendo que en otras mentes saldría, escribí pensando que en mi voz interna encontraría la frase de encantamiento que la detendría, la soledad se quedo muda , hasta que un amigo dijo se triste no hay ser inmune, paga lo que debes de esa manera "sin saber como" y en ese momento solté mis ahorros de palabras no dichas, de fotos añoradas de momentos dolorosos... olvido la cantidad exacta pero mis lágrimas escurrieron, hasta haber saldado y acreditado unos meses de adelanto.

.en sus marcas.. listos!...fuera!

Existe el mito de la meta, donde uno coloca, o se imagina que sera un punto de resumen, donde uno desde la lejanía ve el letrero de felicidad, de ya! , de listo! realizado!, y al llegar ahí te das cuenta que es solo el marco de una puerta colocado en un camino, al cruzarla solo habrá mas camino; si esperamos una culminación habrá decepción, dolor, nacerá el signo de pregunta, y con ella la desubicacion , ya que a pasos de llegar a tu deseada meta tiraste tu brújula, rompiste el mapa, te gastaste tu ultimo dinero en un recuerdito del camino, y te tomaste tu ultimo trago de agua, creyendo que en el punto final de la meta saciaría toda necesidad, y te llenarías de una manera sorprendente de luz. Así que vació de tus elementos de rescate te enfrentas a que no te creció un reino, nadie cayó a tus pies y lo que tocaste no se convirtió en oro, así que no hay mas que tomar una silla, pensar, recobrar fuerzas y darnos cuenta que cada día debe ser andado , no para un fin , simplemente para probarlo, sentirlo, meditarlo, ya que el camino durara lo que nuestra vida y quizás mas, así que hay que quitarle la expectativa de un momento, por que por estar viendo esa puerta, se ignora y se deja de disfrutar tantas cosas en el camino eclipsados por nuestras falsas promesas.